FRAUDE
Esta semana, recibí en mi celular, una famosa llamada fraudulenta. En dicha llamada, un hombre con una retórica “envolvedora”, se identificó, como Carlos Duarte, gerente de servicios de Cable and Wíreless. Comenzó a decirme que me había ganado cinco mil dólares, producto de una promoción de esta empresa y Movistar. En ese momento me percate de que se trataba de un fraude. Esa unión, es casi tan imposible como la del agua y el aceite.Empecé, a seguirle la corriente. Tenía curiosidad de saber hasta donde iba a llegar. Me preguntó mi nombre, donde me encontraba y que si no había escuchado de “la promoción” el día anterior en el noticiario de TVN. Supongo que mi voz se escuchaba un poco incrédula, porque me repetía con insistencia que le hiciera alguna pregunta, entonces le cuestioné, acerca de lo que tenía que hacer para reclamar el premio.Pues, esa es la parte, donde como dicen por ahí “viene el sablazo”. Sin extender el cuento, para abajo me dijo que podía darle mi número de cuenta bancaria o presionar unos botones de mi celular para ver una clave, con la que reclamaría mis cinco mil dólares. Justo en ese instante cerré la llamada, y me comuniqué con la línea de atención al cliente de mi servidor. Donde, me corroboraron mis sospechas. La joven que me atendió, hizo un informe escrito y me dio un número telefónico en el que se deben hacer formalmente esas denuncias de fraude. Con anterioridad, ya había recibido una llamada de esta índole, pero en la telefónica "x". Empero, la forma de tratar el tema por la telefonica "x" es diferente. A ellos no les interesa, ni hacen el intento de resolverlo, no hay línea de denuncia y si no tienes saldo en tu celular, ni intentes llamar. Al inicio de este “boom” de telefonía móvil, cada vez que comprabas un aparato, debías registrarte con todos tus datos en la telefónica. Tal vez este registro disminuiría los fraudes telefónicos. En estos días cualquiera compra en Chips en una tienda de chinito. La Ley 28 establece la obligación en las empresas concesionarias de telefonía móvil, fija, redes de comunicación y similares, de conservar los datos de los usuarios del servicio y otras disposiciones. Siempre he pensado que las personas que realizan estas llamadas tienen nexos dentro de las empresas , pues el hombre que me llamó, sabía que mi línea es de contrato y conocía los nombres de los directivos.
Esta semana, recibí en mi celular, una famosa llamada fraudulenta. En dicha llamada, un hombre con una retórica “envolvedora”, se identificó, como Carlos Duarte, gerente de servicios de Cable and Wíreless. Comenzó a decirme que me había ganado cinco mil dólares, producto de una promoción de esta empresa y Movistar. En ese momento me percate de que se trataba de un fraude. Esa unión, es casi tan imposible como la del agua y el aceite.Empecé, a seguirle la corriente. Tenía curiosidad de saber hasta donde iba a llegar. Me preguntó mi nombre, donde me encontraba y que si no había escuchado de “la promoción” el día anterior en el noticiario de TVN. Supongo que mi voz se escuchaba un poco incrédula, porque me repetía con insistencia que le hiciera alguna pregunta, entonces le cuestioné, acerca de lo que tenía que hacer para reclamar el premio.Pues, esa es la parte, donde como dicen por ahí “viene el sablazo”. Sin extender el cuento, para abajo me dijo que podía darle mi número de cuenta bancaria o presionar unos botones de mi celular para ver una clave, con la que reclamaría mis cinco mil dólares. Justo en ese instante cerré la llamada, y me comuniqué con la línea de atención al cliente de mi servidor. Donde, me corroboraron mis sospechas. La joven que me atendió, hizo un informe escrito y me dio un número telefónico en el que se deben hacer formalmente esas denuncias de fraude. Con anterioridad, ya había recibido una llamada de esta índole, pero en la telefónica "x". Empero, la forma de tratar el tema por la telefonica "x" es diferente. A ellos no les interesa, ni hacen el intento de resolverlo, no hay línea de denuncia y si no tienes saldo en tu celular, ni intentes llamar. Al inicio de este “boom” de telefonía móvil, cada vez que comprabas un aparato, debías registrarte con todos tus datos en la telefónica. Tal vez este registro disminuiría los fraudes telefónicos. En estos días cualquiera compra en Chips en una tienda de chinito. La Ley 28 establece la obligación en las empresas concesionarias de telefonía móvil, fija, redes de comunicación y similares, de conservar los datos de los usuarios del servicio y otras disposiciones. Siempre he pensado que las personas que realizan estas llamadas tienen nexos dentro de las empresas , pues el hombre que me llamó, sabía que mi línea es de contrato y conocía los nombres de los directivos.
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