VUELVE Y TRABA
El alcalde capitalino Bosco Vallarino continúa causando polémica con sus comentarios frente a los medios de comunicación. Ahora se le ocurrió la “maravillosa” idea de hacer un carnaval acuático en la cinta costera para el próximo año.
Vallarino como si no hubiese aprendido de sus metidas de patas anteriores y que debe pensar antes de existir, no todo lo contrario. Vuelve a ser la comidilla pública. Muy emocionado anunció la semana pasada, la posibilidad de realizar un carnaval acuático en la cinta costera, el que incluiría lanchas, veleros y fuegos artificiales.
Para los panameños la frase “carnavales acuáticos” evoca aquellos que se llevan a cabo en Penonomé. Ahí además de lanchas decoradas muy alegóricamente, se usa el agua del rio par los culecos en tierra, y cada visitante es libre de bañarse en las aguas del mismo. No me imagino unos culecos en la capital utilizando las contaminadas aguas de la bahía, a los presentes bañándose en ella y lo destrozado que quedaría no solo el césped de la cinta costera, sino también su infraestructura.
Como si desconociera los efectos de cuatro días de festividad carnestolendica, efectos que incluyen pequeños destrozos a la propiedad privada, malos olores provenientes de la utilización como sanitarios de la vía pública y toneladas de basura, comprobados con la realización en años anteriores de estas actividades en Vía España y la Transistmica.
Lo interesante sería saber de donde sacaría el dinero para realizar esa festividad, pues el presidente dijo que no piensa destinar ni un centavo para carnavales capitalinos, porque si le da a los de la ciudad, debe darle a los del interior, todos somos iguales.
Estoy a favor de la eliminación de los carnavales en la capital, el que desea “carnavalear” que se vaya al interior del país, allá están Las Tablas, Chitré, Penonomé y Santiago esperando tras un año de preparación por los visitantes. Esta festividad en esas regiones si traen ventajas económicas para ellos.
Vallarino como si no hubiese aprendido de sus metidas de patas anteriores y que debe pensar antes de existir, no todo lo contrario. Vuelve a ser la comidilla pública. Muy emocionado anunció la semana pasada, la posibilidad de realizar un carnaval acuático en la cinta costera, el que incluiría lanchas, veleros y fuegos artificiales.
Para los panameños la frase “carnavales acuáticos” evoca aquellos que se llevan a cabo en Penonomé. Ahí además de lanchas decoradas muy alegóricamente, se usa el agua del rio par los culecos en tierra, y cada visitante es libre de bañarse en las aguas del mismo. No me imagino unos culecos en la capital utilizando las contaminadas aguas de la bahía, a los presentes bañándose en ella y lo destrozado que quedaría no solo el césped de la cinta costera, sino también su infraestructura.
Como si desconociera los efectos de cuatro días de festividad carnestolendica, efectos que incluyen pequeños destrozos a la propiedad privada, malos olores provenientes de la utilización como sanitarios de la vía pública y toneladas de basura, comprobados con la realización en años anteriores de estas actividades en Vía España y la Transistmica.
Lo interesante sería saber de donde sacaría el dinero para realizar esa festividad, pues el presidente dijo que no piensa destinar ni un centavo para carnavales capitalinos, porque si le da a los de la ciudad, debe darle a los del interior, todos somos iguales.
Estoy a favor de la eliminación de los carnavales en la capital, el que desea “carnavalear” que se vaya al interior del país, allá están Las Tablas, Chitré, Penonomé y Santiago esperando tras un año de preparación por los visitantes. Esta festividad en esas regiones si traen ventajas económicas para ellos.
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