¿Los medios respetan y saben qué es libertad de expresión?

¿Qué puedo interpretar de lo ocurrido la semana pasada con los comunicadores de TVN, Sabrina Bacal y Justino González, que no vaya a sonar hiriente para mis compañeros y los periodistas de mi bello Panamá?

Cada vez que doy mi opinión referente al tema, la mayoría aduce que opino eso, única y exclusivamente porque no amo la profesión y que cuando salga voy a estudiar otra carrera.

Por eso éste artículo no será escrito por una futura periodista, será escrito por una ciudadana panameña. Pues no creo que se necesite estudiar periodismo para tener una opinión respetable de los hechos acaecidos la semana pasada.

Toda ha sido peleado y basado en una prohibición del derecho a libre expresión. El Artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece que el derecho a la libertad de expresión comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas sin consideración de fronteras y por cualquier medio de transmisión.

El derecho a la libre expresión es uno de los más fundamentales, ya que es esencial a la lucha para el respeto y promoción de todos los derechos humanos. Sin la habilidad de opinar libremente, de denunciar injusticias y clamar cambios - el hombre está condenado a la opresión.

Es cierto, ningún gobierno capitalista o socialista tiene derecho a imponer la agenda informativa y de coartar la libertad de expresión de su pueblo. Pero seamos sinceros en el sistema económico de nuestro país, sólo se publica aquella información que no vaya a interferir con los intereses de los dueños del medio y sus allegados.

La mentada lista de los intocables. Ahí no se quejan los periodistas, ahí no existen huelgas, paros, piqueteos y manifestaciones al respecto ¿No se corta la libre expresión y el derecho inalienable de “buscar, recibir y difundir informaciones e ideas sin consideración de fronteras y por cualquier medio de transmisión”?

No estoy a favor de que se condene a alguien por presentar una información importante y veraz, me pregunto: ¿Cómo esperan los periodistas nacionales que los administradores de los órganos del Estado los respeten si nunca se han dado a respetar? En lo que llevo de conciencia ciudadana no los he visto revelarse contra los poderes hegemónicos.

Dice el principio número 12 de la Declaración De Principios Sobre Libertad De Expresión que: “Los monopolios u oligopolios en la propiedad y control de los medios de comunicación deben estar sujetos a leyes antimonopólicas por cuanto conspiran contra la democracia al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho a la información de los ciudadanos. En ningún caso esas leyes deben ser exclusivas para los medios de comunicación. Las asignaciones de radio y televisión deben considerar criterios democráticos que garanticen una igualdad de oportunidades para todos los individuos en el acceso a los mismos.”

Ningún medio panameño pude negar que sirva y defienda a alguien de poder. Ningún periodista que haya ejercido, puede negar que en alguna ocasión ha tenido que ceder y no presentar una noticia porque sus superiores en el medio le han dicho que “esa información no se puede divulgar, ya que afecta a x o y persona allegada a los dueños”.


Es innegable que los medios de comunicación son el cuarto poder, lo demostraron con este suceso. La presión ejercida por los noticiarios fue tan fuerte que el presidente de la República concedió un indulto, que para los entendidos en leyes no procede.

Un bombardeo a diestra y siniestra de su parecer y como se sentían violados sus derechos a informar a las personas.

Tal vez no tengo punto de comparación, no viví la dictadura militar en Panamá. He escuchado que la libre expresión era una utopía, un “sueño de opio”. Muchos de los comunicadores actuales estuvieron en esa época, así que deberían ser mas aguerridos al defender la libertad de expresión, como se ha dicho: “también hay dictadura de derecha”.

Esta bien, tal vez hubo abuso, sólo espero que con esa misma fuerza que se manifestaron por la intromisión de los poderes estatales en la libre información, se manifiesten y la defiendan de los aristócratas que nos “engullen” las noticias que les conviene y les interesa que se divulguen.

Sin hipocresías, sin dobles morales, con una lucha real y justa de la Libertad de Expresión en nuestro país. Que no distinga, que no elija. Como menciona el segundo principio de la Declaración De Principios Sobre Libertad De Expresión: “…Todas las personas deben contar con igualdad de oportunidades para recibir, buscar e impartir información por cualquier medio de comunicación sin discriminación, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.”

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