VÍCTOR, VÍCTOR...UN APLAUSO
El milagro vivido por los mineros en Chile parece extraído de una película de ciencia ficción. Cómo sobrevivieron después de días 69 días bajo la superficie terrestre es sinónimo del amor por la vida de estos hombres.
Es increíble como tuvieron la entereza de conservar la calma, ecuanimidad, la fe, serenidad, el valor y la sabiduría de comprender que no tenían más opción que confiar en Dios y en las personas que se encontraban en la superficie…un aplauso para los mineros.
Ver como su mandatario supo ser un verdadero líder en el momento preciso. Porque no se trata solo de dar órdenes, sino de admitir las deficiencias tecnológicas que tienes y aceptar la ayuda que cualquier otra nación te ofrezca con tal de preservar la vida de tus ciudadanos…un aplauso al señor Sebastián Piñera.
La duda de saber si volverás a ver con vida a tu esposo, padre, hermano, tío, abuelo ha de ser desesperante; más aun si estas consciente de que pueden morir mientras esperas el milagro de verlos salir de la tierra con vida.
La esperanza de poder darles otro abrazo, beso o decirles aquello que nunca has tenido el valor de decirles tiene que ser impresionante, digna de admirar. Unirse en una misma familia, sólo por sufrir el mismo dolor, una gran familia, una misma fe demostró que el amor todo lo puede, lo supera…un aplauso para las familias de los mineros atrapados en Chile.
La unidad de un pueblo que ha sido este año, duramente golpeado por los embates de la naturaleza; su fe y confianza en la vida es de admirar. Confiar en sus profesionales, orar por sus coterráneos y tener la empatía suficiente para sudo entender el dolor y la desesperación de las familias de los mineros, nos habla de un pueblo de amor, fe y unidad…un aplauso al pueblo chileno.
Un mundo sumergido en el estrés diario, en la rapidez de la actualidad, en el ya para ya se detuvo, bajó la velocidad y sus revoluciones aunque sea por cinco minutos diarios para saber como avanzaban las labores de rescate de los mineros.
Una misma oración, un mundo diferente en muchos aspectos; pero unido por el amor a la vida. Millones de seres humanos se alegraron con el rescate, se alegraron de un final feliz, una historia con un inicio trágico pero con un cierre bonito y alegre. Algo diferente a lo que siempre se ve en los medios de comunicación…un aplauso para el mundo.
Eso sólo me demuestra y nos debe demostrar que no todo esta perdido, aun es posible ver milagros en nuestros días. Cosas buenas, vernos ser buenos, aunque sea por un ratico. Algo bueno, dentro de lo malo…Sólo me queda ponerme de pie y decirles: ¡Víctor, víctor…un aplauso!
Es increíble como tuvieron la entereza de conservar la calma, ecuanimidad, la fe, serenidad, el valor y la sabiduría de comprender que no tenían más opción que confiar en Dios y en las personas que se encontraban en la superficie…un aplauso para los mineros.
Ver como su mandatario supo ser un verdadero líder en el momento preciso. Porque no se trata solo de dar órdenes, sino de admitir las deficiencias tecnológicas que tienes y aceptar la ayuda que cualquier otra nación te ofrezca con tal de preservar la vida de tus ciudadanos…un aplauso al señor Sebastián Piñera.
La duda de saber si volverás a ver con vida a tu esposo, padre, hermano, tío, abuelo ha de ser desesperante; más aun si estas consciente de que pueden morir mientras esperas el milagro de verlos salir de la tierra con vida.
La esperanza de poder darles otro abrazo, beso o decirles aquello que nunca has tenido el valor de decirles tiene que ser impresionante, digna de admirar. Unirse en una misma familia, sólo por sufrir el mismo dolor, una gran familia, una misma fe demostró que el amor todo lo puede, lo supera…un aplauso para las familias de los mineros atrapados en Chile.
La unidad de un pueblo que ha sido este año, duramente golpeado por los embates de la naturaleza; su fe y confianza en la vida es de admirar. Confiar en sus profesionales, orar por sus coterráneos y tener la empatía suficiente para sudo entender el dolor y la desesperación de las familias de los mineros, nos habla de un pueblo de amor, fe y unidad…un aplauso al pueblo chileno.
Un mundo sumergido en el estrés diario, en la rapidez de la actualidad, en el ya para ya se detuvo, bajó la velocidad y sus revoluciones aunque sea por cinco minutos diarios para saber como avanzaban las labores de rescate de los mineros.
Una misma oración, un mundo diferente en muchos aspectos; pero unido por el amor a la vida. Millones de seres humanos se alegraron con el rescate, se alegraron de un final feliz, una historia con un inicio trágico pero con un cierre bonito y alegre. Algo diferente a lo que siempre se ve en los medios de comunicación…un aplauso para el mundo.
Eso sólo me demuestra y nos debe demostrar que no todo esta perdido, aun es posible ver milagros en nuestros días. Cosas buenas, vernos ser buenos, aunque sea por un ratico. Algo bueno, dentro de lo malo…Sólo me queda ponerme de pie y decirles: ¡Víctor, víctor…un aplauso!
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